A solo una semana del derrumbe que dejó un trabajador fallecido y varios heridos, la mina subterránea más grande del mundo, El Teniente, volvió a poner en marcha parte de sus operaciones. La estatal Codelco informó que este fin de semana ingresarán alrededor de 200 trabajadores, lo que equivale al 70 % del personal habitual, en un reinicio gradual de la producción.
El accidente ocurrió el 1 de agosto en el sector Andesita, cuando un sismo —cuyo origen aún se investiga— provocó el colapso de una galería. En ese momento quedaron atrapados varios mineros y otros nueve resultaron lesionados, aunque fuera de riesgo vital.
Tras la emergencia, la ministra de Minería ordenó paralizar toda la actividad subterránea para facilitar las labores de rescate. Durante días, equipos especializados trabajaron con drones, maquinaria teledirigida y estrictos protocolos de seguridad, en uno de los operativos más complejos de los últimos años en la industria minera chilena.
Ubicada en la región de O’Higgins, El Teniente es un verdadero gigante: más de 4 500 kilómetros de túneles, más de un siglo de historia y una producción que en 2024 alcanzó las 356 000 toneladas métricas de cobre fino, cerca del 7 % de la producción nacional. Su tamaño es tal que funciona como una pequeña ciudad subterránea, con tren interno, talleres y comedores.
La Fiscalía Regional de O’Higgins mantiene abierta una investigación por cuasidelito de homicidio, mientras el Servicio Nacional de Geología y Minería analiza si el movimiento que originó el derrumbe fue natural o consecuencia de las perforaciones.
Para Codelco, este reinicio no solo busca recuperar el ritmo productivo, sino también enviar una señal de confianza: que es posible volver al trabajo sin olvidar la magnitud de la tragedia y la urgencia de reforzar la seguridad en cada turno.
Fuente: La nación
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