En la historia reciente de Torreón y otras regiones del país, las brigadas de emergencia de Industrias Peñoles se han convertido en un respaldo confiable no solo para la empresa, sino también para las comunidades que las rodean.
Detrás de cada cuadrilla hay trabajadores que, además de cumplir con sus funciones diarias, dedican tiempo a capacitarse en rescate, primeros auxilios y manejo de materiales peligrosos. Son entre 15 y 20 personas por brigada, que reciben más de 500 horas de entrenamiento semestral. Esa preparación los coloca en la primera línea de respuesta en caso de incendios, accidentes o contingencias químicas.
Un ejemplo reciente ocurrió en mayo de este año, cuando Peñoles y Protección Civil de Torreón organizaron un curso sobre el Sistema de Comando de Incidentes y el manejo de amoniaco. La capacitación reunió a trabajadores de diferentes sectores y a elementos de bomberos, Cruz Roja, Vialidad y policías municipales y estatales. La meta: fortalecer la coordinación y la capacidad de reacción ante emergencias.
En Guerrero, la Minera Capela apoyó en 2024 al ayuntamiento de Teloloapan y a Protección Civil para sofocar un incendio en el basurero municipal. Más tarde, en junio de 2025, Peñoles firmó un convenio con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado (SEMAREN) para entregar herramientas y equipo destinados a la prevención y combate de incendios forestales.
También en el Estado de México, brigadas de Minera Tizapa han colaborado con bomberos locales en diferentes situaciones de riesgo. Estos esfuerzos reflejan la visión de la compañía: la seguridad comienza en casa, pero se comparte con la comunidad.
El Día del Bombero, que México conmemora cada 22 de agosto desde la fundación del primer cuerpo en Veracruz en 1873, es una ocasión propicia para reconocer la entrega de quienes dedican su vida a proteger a otros. Y es también un recordatorio de que la unión entre empresas, autoridades y ciudadanos es clave para construir entornos más seguros.
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