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La minería en lo cotidiano: mucho más que cobre y litio

Cuando se habla de minería en la actualidad, casi de inmediato aparecen dos palabras: cobre y litio. El primero, clave para la transición energética; el segundo, bautizado como “oro blanco”

hace 3 meses

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Cuando se habla de minería en la actualidad, casi de inmediato aparecen dos palabras: cobre y litio. El primero, clave para la transición energética; el segundo, bautizado como “oro blanco” por su papel central en las baterías. Sin embargo, reducir la actividad minera a estos dos recursos es dejar fuera una parte fundamental de la historia de la humanidad y de la vida diaria.

Una historia que nos acompaña desde siempre

Antes de las grandes explotaciones a cielo abierto y de los debates sobre energías limpias, la minería ya estaba presente. Con las primeras piedras talladas, el ser humano dio inicio a la Edad de Piedra. Luego vinieron el cobre, el bronce y el hierro, que marcaron avances tecnológicos que definieron civilizaciones enteras.

Hoy, al hablar de minería, la discusión suele quedar atrapada entre el litio y el cobre, pero lo cierto es que prácticamente todos los minerales han marcado un capítulo en nuestro desarrollo.

Más cerca de lo que parece

El vínculo con los minerales no se limita a la industria pesada. Están en los techos y paredes de las casas, en el cemento de las calles, en el acero de los puentes. Se hacen visibles en el celular que usamos a diario, en los fertilizantes que permiten que un campo sea productivo, e incluso en la sal de mesa.

Sin minería no habría transporte eficiente, sistemas de agua potable, electricidad ni dispositivos electrónicos. Dicho de otra manera: la minería está presente en casi todo lo que nos rodea, aunque pocas veces se la reconozca.

Diversidad y oportunidades


América del Sur es una de las regiones con mayor riqueza mineral del planeta. Argentina, por ejemplo, no solo aporta litio y cobre, sino también plata, oro y molibdeno. Cada uno de estos minerales tiene un destino específico: desde la joyería hasta la medicina, pasando por la construcción y la tecnología.

Esa diversidad es también una oportunidad. Apostar únicamente al litio y al cobre implica el riesgo de quedar atados a la demanda de un par de mercados. Pensar la minería de manera integral, en cambio, abre la puerta a cadenas de valor más amplias, con impacto económico y social en distintos sectores.

Una mirada más amplia

El debate sobre la minería suele enfocarse en los conflictos ambientales o en las exportaciones. Pero la discusión que falta dar con fuerza es cómo construir un modelo que reconozca su carácter transversal: un modelo donde se dialogue con las comunidades, se respeten los recursos naturales y se aproveche la amplitud de minerales disponibles.

Porque al final del día, la minería no es solo cobre y litio. Es parte de la historia, de nuestra vida cotidiana y de los desafíos que vienen.

Editorial

Publicado hace 3 meses

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