Vale anuncia ambiciosa inversión y metas de producción hacia 2025
La minera brasileña Vale planea reforzar su liderazgo en la industria con una inversión de 6,500 millones de dólares para 2025, cifra que refleja su compromiso con el crecimiento sostenible y la expansión de su capacidad productiva. Esta apuesta estratégica llega junto con proyecciones optimistas para la producción de mineral de hierro y cobre en los próximos años.
Aumentos en producción: hierro y cobre como ejes principales
Vale estima cerrar 2024 con 328 millones de toneladas de mineral de hierro, para luego alcanzar entre 325 y 335 millones en 2025. Estas cifras seguirán aumentando con un rango de 340-360 millones de toneladas proyectado para 2026, hasta superar los 360 millones en 2030.
En el sector del cobre, la compañía espera producir 345 kilotoneladas en 2024 y un rango de 340-370 kilotoneladas en 2025. Para 2030, las proyecciones señalan un incremento significativo, alcanzando entre 420 y 500 kilotoneladas, con la meta de llegar a 700 kilotoneladas en 2035.
Transición energética y optimización de recursos
Del capex planeado para 2024 y 2025, más del 50% estará destinado a soluciones relacionadas con el mineral de hierro, mientras que entre 2,500 y 3,000 millones de dólares se invertirán en proyectos orientados a la transición energética. Vale busca responder a la creciente demanda global de minerales clave para tecnologías sostenibles, como vehículos eléctricos y energías renovables.
Voisey’s Bay: un modelo de reconversión minera
La minera destacó la finalización del proyecto de expansión de su operación en Voisey’s Bay, Canadá, que marcó la transformación de una mina a cielo abierto a una mina subterránea. Este logro subraya los esfuerzos de Vale por reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia operativa.
Proyecciones con visión al futuro
Estas metas posicionan a Vale como un referente en innovación y sostenibilidad en el sector minero. La combinación de inversiones estratégicas, diversificación en la producción y compromiso con las prácticas responsables garantiza un crecimiento sólido y sostenible a largo plazo, alineado con las demandas del mercado global.
Fuente: El economista