El ministerio para el Desarrollo Minero Ecológico de Venezuela planea desarrollar una inversión de 2,000 millones de dólares con Gold Reserve —minera canadiense encargada de la exploración y desarrollo de propiedades en Estados Unidos—, para crear la empresa mixta Siembra Minera, que se perfila como la mayor empresa mixta no petrolera en el país.
En un comunicado publicado por Gold Reserve, la compañía prevé explotar con el Estado venezolano los yacimientos de oro y cobre en la región Guayana (sureste).
El anuncio llega luego de que Gold Reserve anunció también que Venezuela le pagará en dos años lo comprometido tras ganarle un laudo al Estado. La primera cuota para este acuerdo, correspondiente a una indemnización por la nacionalización de sus activos en el país sudamericano, fue de 40 millones de dólares en oro. En los próximos dos años, cancelará el resto de su deuda, de aproximadamente 992 millones de dólares. Los pagos restantes serán realizados mensualmente y alrededor de 30% de lo adeudado tendrá como garantía los bonos de la República.
La negociación se realizó sobre la base de un acuerdo preexistente que instaba a Venezuela a cancelar el monto total en cuatro meses, luego de que el tribunal arbitral del Banco Mundial, CIADI, fallara a favor de la minera en el 2014, recién en agosto del año pasado, Venezuela acordó pagarle 600 millones de dólares el 31 de octubre de 2016 y 170 millones de dólares antes de que finalice ese año.
Empresa mixta minera
Siembra Minera prevé generar unos 3,000 empleos directos y 9,000 indirectos en la región guayanesa, con transferencia tecnológica inmediata.
Las reservas uríferas certificadas en Venezuela por Gold Reserve ascienden a 1.4 millones de kilos de oro, es decir, 50 millones de onzas; dicha cantidad es semejante a las reservas que posee Rusia del metal precioso en su Banco Central, que representan 45.52 millones de onzas.
De las ganancia generadas por la compañía mixta, 55% irá a las arcas de Venezuela y se tiene previsto que el máximo de producción sea de 1.5 millones de onzas de oro anuales, lo que convertiría a la empresa en una de la más rentables del mundo.
La mayor fuente de ingresos de Venezuela proviene de la explotación del crudo, cuya cotización experimenta una leve recuperación después del titánico esfuerzo hecho por los países OPEP y no OPEP para estabilizar los precios. En los últimos dos años la tendencia a la baja del mercado petrolero ha limitado la entrada de recursos a Venezuela y su economía ha sufrido las consecuencias.
Esa coyuntura, aunada a la inmensa presión de los centros financieros hegemónicos, ha impulsado al país a buscar nuevas fuentes de ingreso en la actividad no petrolera para reflotar la economía.
Allí, las ingentes riquezas minerales que posee el país, especialmente en el estado Bolívar, se perfilan como la opción más factible para ver resultados positivos para las cuentas nacionales en el corto plazo.
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