Durante la XXXVI Convención Internacional de Minería, la charla de José Luis Flores destacó por algo sencillo pero poderoso: logró explicar un tema complejo —la subsidencia— de una manera clara, directa y entendible para todos.
Desde el inicio, Flores recordó que en Chile, el Servicio Nacional de Geología e Ingeniería es especialmente exigente cuando se trata de seguridad y estabilidad del terreno. A partir de un caso real, la institución pidió algo fundamental:
definir qué zonas son seguras para operar y cuáles deben considerarse restringidas por riesgo de subsidencia.
Cuando una mina empieza a mostrar señales
Flores mostró cómo una operación minera, a lo largo de los años, comenzó a fracturarse de forma natural. Con el tiempo, esas fracturas crecieron hasta generar una inestabilidad que llegó a la superficie.
Ese punto marcó un antes y un después: era necesario analizar qué estaba pasando y establecer límites claros para evitar riesgos mayores.
El factor de seguridad no lo es todo
Uno de los momentos más comentados de su presentación fue cuando Flores explicó que el famoso “semáforo” de factor de seguridad —verde, amarillo, rojo— ya no es suficiente para tomar decisiones.
“El factor de seguridad es solo una referencia”, comentó.
Lo que realmente importa es medir:
- cuánto se desplaza la roca,
- qué tipo de deformación está ocurriendo,
- qué daño puede provocar,
- y si los modelos coinciden con lo que pasa en terreno.
Sin esa comparación con la realidad, cualquier análisis queda incompleto.
Primero entender, luego modelar
Flores insistió en algo que resonó mucho entre los asistentes:
antes de abrir un software, hay que entender el problema.
Explicó que muchos ingenieros comienzan por el modelo cuando, en realidad, la secuencia debería ser:
- Entender qué está pasando en el terreno.
- Revisar los principios y fundamentos.
- Elegir la metodología adecuada.
Ese orden marca una gran diferencia en la calidad de las decisiones.
Modelos grandes para ver el panorama completo
Para ilustrar su punto, mostró un modelo numérico de gran tamaño que incluía desde antiguas cavidades hasta fallas geológicas y tensores de esfuerzo. El objetivo era simple: ver el comportamiento general antes de pasar al detalle.
“Primero lo global, después lo específico”, explicó de manera clara.
Una ponencia que conectó por su claridad
La participación de José Luis Flores en la XXXVI Convención Internacional de Minería dejó una impresión positiva gracias a su estilo directo y a su enfoque práctico.
Su mensaje final fue tan sencillo como contundente:
“Un modelo solo es útil si realmente representa lo que está ocurriendo en la mina.”
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