Domina un gigantesco yucle 930 en la Minera Peñasquito; la empresaKomatsu la invitó a viajar a EstadosUnidos.
Zacatecas.- Hace cinco años varios hombres le dijeron que ese trabajo no era para mujeres, “menos para niñas”, en alusión a que ella es “delgada y chaparrita”, pero Yazmín Morquecho Robles, de 28 años, es una minera capaz, responsable y productiva, hoy domina a la perfección un gigantesco camión yucle Komatsu 930.
Un día, simplemente se animó a pedir trabajo en la Minera Peñasquito, la mina de oro más grande de México, ubicada en el municipio de Mazapil, en los límites de Zacatecas con Coahuila, ahí, donde ella siempre ha vivido.
Le ofrecieron una vacante de operadora de interior de mina y aceptó, a pesar de que nunca había manejado un automóvil. Su sorpresa fue cuando le mostraron el que sería su camión, un yucle marcado con el número 87, que mide 8.63 metros de ancho por 7.76 de alto y 15 de largo, con capacidad de cargar entre 300 y 500 toneladas.
Yazmín mide 1.54 metros de estatura, pero pronto dominó ese vehículo gigante, al que llama “mi camioncito”. Relata que lo bautizó como Camilo, ya que así se llamaba el caballo de su papá y cuando era niña escuchaba que para sosegarlo su padre le decía: “Tranquilo, Camilo”.
Recuerda que en tiempo de lluvias, en sus primeros días de operar el Komatsu tuvo un pequeño incidente: “Sentí que las seis llantas (de cuatro metros de alto) derrapaban cuando descendía al tajo, el piso estaba mojado, ya que es una mina a cielo abierto. Entonces por primera vez le dije al yucle: ‘Tranquilo, Camilo‘ y, como por arte de magia, éste respondió y logre controlar la velocidad y bajarle la energía en una de las rampas de emergencia”.
Desde entonces, trata con gran cariño a Camilo, considera que hacen una excelente mancuerna no sólo laboral, sino hasta de compañía, ya que pasa 12 horas diarias dentro del yucle, al grado de que cuando va manejando le platica sus alegrías y sus tristezas para desahogarse.
Además, gracias a Camilo, ha recibido la invitación de la empresa Komatsu para viajar a Estados Unidos. Le tomaron una fotografía en su camión para una publicación interna de la minería y, al verla, los directivos se interesaron en conocerla y llevarla a conocer a dónde se fabrican los yucles 930: “Voy a ir a ver cómo se hacen los Camilos”.
Yazmín considera que Camilo le ha dado muchas alegrías; le ha permitido convertirse en minera y ganar “un buen sueldo” con el que ha concretado sus sueños, como sacar adelante a sus padres y evitar que ella migrara al vecino estado de Coahuila, a donde se fueron a vivir algunos de sus 10 hermanos, así como muchos pobladores que antes dejaban el pueblo en busca de oportunidades.
Menciona que la vivienda de sus padres era de lámina y adobe. Le tocaba compartir cuarto con dos de sus hermanas, ya que ella es la más chica. Al comenzar a trabajar en la mina comenzó a mejorarla.
También cumplió su sueño de comprarse un vehículo y recientemente adquirió una casita en Mazapil, donde vivirá, aunque insiste que su prioridad es terminar la casa de sus padres: María Concepción Robles, de 68 años, y Jesús Morquecho, de 72, quien toda la vida ha sido agricultor. Yazmín considera que la mujer es más responsable que los hombres, en lo laboral y, en la vida personal.
Se ha percatado de que algunos de sus compañeros mineros que “despilfarran su dinero en estas y vivir la vida de manera acelerada, sin tener un patrimonio”.
Algo más que rearma su idea de que la mujer “puede hacer este mismo trabajo, igual o mejor que un hombre”, que son productivas y responsables, es que ha visto el aumento de mujeres mineras. En el equipo al que pertenece hay unas 20. Agrega: “Antes este ocio se pensaba que sólo era un trabajo de hombres y casi, casi, se tenía la idea que si una mujer entraba a una mina se salaba y podía haber desastres”.
Hoy —dice—, las mujeres hemos demostrado que podemos hacer trabajos pesados, al grado de que sus padres, familiares y amigos están orgullosos de sus logros.
Yazmín pretende ser minera por muchos años, incluso, si se llegara a casar. Hace unos meses comenzó un noviazgo con su gran amigo, que siempre la motiva a demostrar que es una mujer minera responsable.
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