Con un enfoque práctico y desde la experiencia en campo, el panel “Perspectivas sobre Derechos Humanos en el Contexto Minero” abrió un espacio de reflexión sobre los desafíos actuales que enfrentan los proyectos mineros en materia social y comunitaria.
La sesión giró en torno a la intervención de Ariadna Ortega, directora general de Cuimari y especialista en estándares interamericanos de derechos humanos, quien profundizó en la importancia de construir procesos que realmente incorporen la voz de las comunidades y de las personas trabajadoras.
La participación significativa, el punto de partida
Ortega subrayó que uno de los mayores desafíos del sector es entender que los derechos humanos no se interpretan de forma uniforme. Cada proyecto exige un análisis contextual: quién vive en la zona, qué dinámicas sociales existen, si hay presencia indígena o afromexicana, si participan mujeres en la operación, entre otros elementos que determinan la manera adecuada de intervenir.
A partir de ello, afirmó que la clave para lograr legitimidad es la participación significativa, un proceso en el que trabajadores y comunidades no solo son consultados, sino que influyen de manera real en la identificación de impactos y en la creación de medidas adecuadas.
Debida diligencia: un proceso continuo
Durante su exposición, Ortega detalló que la debida diligencia no es un documento estático, sino un proceso permanente que acompaña todo el ciclo de vida de un proyecto minero. Explicó que se deben identificar impactos reales y potenciales, adoptar medidas apropiadas, dar seguimiento y ajustar acciones conforme evolucionan las necesidades en territorio.
“La debida diligencia comienza lo antes posible y nunca termina”, señaló.
Mecanismos de quejas que generen confianza
Otro de los puntos que destacó fue la necesidad de crear mecanismos de quejas funcionales, que garanticen confidencialidad, trazabilidad y respuestas claras. Aseguró que, cuando estos sistemas se construyen junto con las comunidades, se genera un sentido de corresponsabilidad que fortalece la confianza.
Un sector en transformación
El panel dejó claro que, aunque la industria ha avanzado en sensibilización y capacitación, aún existen áreas de oportunidad para integrar la participación significativa como práctica cotidiana.
Ortega concluyó que la minería que prospera es aquella que dialoga, escucha y adapta sus acciones con base en las realidades locales.
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