Overoles, chalecos, camisas y otros productos de uso cotidiano en el sector minero son confeccionados por mujeres emprendedoras de comunidades de Oaxaca y Guerrero. Empresas afiliadas a la Cámara Minera de México aportaron con formación y capital de arranque unas 330 microempresas.
Fue el caso de Confecciones Luna, en Guerrero, que opera desde hace dos años y medio y que genera a las mujeres ingresos semanales de mil 400 pesos.
"Empezamos con cubrebocas, chalecos y overoles, ahora hacemos hasta camisas de vestir para los administrativos", dijo Martha Gabriela Rivera, directora de compras.
El emprendimiento recibió capital semilla de Minera Media Luna, de Torex Gold y su finalización está programada para el primer trimestre de 2022.
La compañía tiene la intención sin embargo de desarrollar la producción durante el primer trimestre de 2024, de acuerdo con información del proyecto en su página web.
Parte del convenio por el cual recibieron el capital es que una vez que el negocio alcance la madurez, el taller textil tiene que devolver el monto obtenido en obras que beneficien a la comunidad.
"La minera nos apoyó con maquinaria e instalaciones, ya nosotros invertimos en hilo y materia prima. Con lo que ganamos reinvertimos para sacar nuevas prendas", agregó Rivera.
En Confecciones Luna laboran alrededor de 20 mujeres de entre 19 y 55 años de edad, quienes producen en promedio mil 200 uniformes al trimestre.
Los planes a futuro de Confecciones Luna es ampliar su cobertura de servicio a través de un catálogo digital.
Los trabajos generados por estos talleres son parte de 2.6 millones de empleos indirectos derivados de la minería.
Por otro lado, Confecciones Zorali, en San José del Progreso, Oaxaca, se constituyó en 2010.
"Facturamos a 35 ó 40 clientes del País, en Oaxaca y en otros estados. Mandamos para Morelos, México, Ciudad Juárez, San Luis, Zacatecas y Durango.
"Lo primero que mandamos fueron cinco chalecos, pero hemos mandado hasta 400", manifestó Irene Vásquez, representante legal de Confecciones y deshilados Zorali, que confecciona también ropa artesanal.
Vásquez aprendió corte y confección en una Misión Cultural, capacitación para adultos que el Gobierno llevaba a las comunidades, habilidades que reforzó con capacitación que les dio la empresa minera que opera en su comunidad.
Ahora, en el taller trabajan nueve mujeres y dos hombres, uno de ellos con discapacidad, quienes confeccionan en promedio 10 mil prendas al año para vestir a los trabajadores de Compañía Minera Cuzcatlán y de otras empresas del País.
"Lo que nos costó un poco de trabajo fue convencer (a unirse al proyecto) a otras empresas que no eran de Cuzcatlán que venían a trabajar acá.
"Hicimos muestras, les enseñamos la calidad de nuestras prendas y cuando las vieron nos compraron", mencionó Vásquez.
En el tiempo de vida del taller, han solicitado a la minera préstamos para adquirir terrenos, maquinaria, tela y otros insumo
Fuente: Reforma
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