En un escenario donde la sostenibilidad y la transición hacia energías limpias son imperativos, la minería se convierte en un actor clave. América Latina, con sus vastos recursos, emerge como un protagonista en la producción de los llamados "metales verdes", esenciales para la revolución de la electromovilidad y las energías renovables.
Estos metales, como el cobre, níquel, cobalto y litio, son la columna vertebral de la nueva era energética, destinados a impulsar tecnologías que mitigarán el cambio climático y alimentarán la demanda creciente de vehículos eléctricos y dispositivos móviles.
La expansión de la minería en la región busca no solo satisfacer la creciente demanda global de estos metales sino también liderar la industrialización y la fabricación de baterías. América Latina, conocida como el "Triángulo del Litio" conformado por Argentina, Bolivia y Chile, alberga el 85% de las reservas mundiales de litio, una materia prima esencial para las baterías de ion litio.
A pesar de que China actualmente domina la fabricación y comercialización de baterías, América Latina vislumbra una oportunidad única para cambiar su rol de exportador de materias primas a un actor clave en la cadena de valor, agregando valor a través de la fabricación de baterías y productos finales.
El precio del litio ha experimentado un vertiginoso ascenso, pasando de $10,000 por tonelada en 2021 a $70,000 por tonelada en 2022, subrayando la creciente demanda y escasez proyectada. Bolivia, en colaboración con empresas chinas, busca industrializar sus yacimientos de litio, mientras que Perú, aunque fuera del triángulo principal, se presenta como un actor emergente con importantes hallazgos en Puno.
El cobalto, conocido como el "oro azul", es otro metal verde esencial para las baterías de ion litio. Chile, mediante la recuperación de cobalto de sus relaves, podría posicionarse como el segundo mayor productor mundial, adoptando prácticas más sostenibles y con menores impactos ambientales.
Perú, aunque fuera del epicentro del litio, se suma a la carrera verde con el descubrimiento de depósitos en Puno y otras regiones, explorando incluso la presencia de níquel y cobalto en zonas como la cordillera oriental de los Andes.
La minería, más allá de extraer recursos, se posiciona como un pilar para un futuro más sostenible y tecnológicamente avanzado en la región.
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