La minería es una de las actividades económicas secundarias con mayor tradición en México; actualmente, sigue siendo muy importante para la riqueza del país. México es un país con una larga tradición minera. Desde el periodo prehispánico, los antiguos mexicanos explotaron yacimientos superficiales para realizar trabajos de metalurgia con oro, plata, cobre y algunas aleaciones.
La minería es una de las actividades económicas secundarias con mayor tradición en México; actualmente, sigue siendo muy importante para la riqueza del país.
México es un país con una larga tradición minera.
Desde el periodo prehispánico, los antiguos mexicanos explotaron yacimientos superficiales para realizar trabajos de metalurgia con oro, plata, cobre y algunas aleaciones. Tras la conquista del territorio por parte de los españoles, la minería de plata se convirtió en la principal actividad económica de la Colonia.
Este hecho no sólo estaba vinculado con la riqueza mineral del subsuelo de Nueva España, misma que en buena medida era resultado de la actividad volcánica, sino también a los desarrollos tecnológicos que se realizaron en su territorio, como el llamado “método de patio”, descubierto por Bartolomé de Medina en las minas de Real del Monte, por medio del cual “gracias al mercurio”, se lograba un mayor y más eficiente beneficio de la plata. Por su parte, la fundación del Real Seminario de Minería significó la apertura de la primera institución estrictamente científica y tecnológica de Nueva España.
Asimismo, durante aquellos años la explotación minera, de acuerdo con su demanda de insumos, se convirtió en el motor que impulsó el desarrollo de las actividades agrícolas, ganaderas y manufactureras en Nueva España.
Tras el turbulento periodo que va de la guerra de Independencia al inicio del Porfiriato, la minería mexicana recuperó su importancia y vivió una revolución: la extracción y el beneficio de minerales preciosos (oro y plata) perdió importancia, mientras la minería de metales industriales (cobre, hierro, manganeso, etc.) se convirtió en su rama más pujante.
El desarrollo de esta minería también generó una transformación del norte del país, pues las nuevas explotaciones y plantas de beneficio implicaron la construcción de ciudades en las regiones que estaban casi despobladas; esto fue lo que ocurrió, por ejemplo, en Santa Rosalía, Baja California; Cananea y Nacozari, Sonora; y la zona carbonífera de Coahuila.
Fuente: Química Global
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