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México: Ópalo, apuesta minera de Querétaro

Querétaro destaca entre los cinco estados del país con producción de ópalo, junto con Jalisco, Guanajuato, Hidalgo y Guerrero. La producción de esta gema, de colores únicos, representa un nicho

hace 8 años

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Querétaro destaca entre los cinco estados del país con producción de ópalo, junto con Jalisco, Guanajuato, Hidalgo y Guerrero.

La producción de esta gema, de colores únicos, representa un nicho de desarrollo económico potencial para el estado en el sector minero, y recientemente en la actividad turística con recorridos a las minas, por lo que se han conjuntado esfuerzos para generar estrategias que den un mayor valor agregado al sector y aumenten la participación de mercado, internacional y nacional, de los productores locales.

En Querétaro se tienen ubicadas 79 personas que se dedican a la extracción de ópalo en las comunidades de El Sauz, La Trinidad y Fuentezuelas, en Tequisquiapan; en Urecho y Nogales, en el municipio de Colón;, y en las comunidades de El Bondotal y La Higuera, en Ezequiel Montes, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu) del estado. La producción se destina únicamente para joyería y ornato.

Las minas son, por un lado, un atractivo turístico para municipios como Tequisquiapan, en tanto que en la producción existe un mercado a fortalecer, junto con otros sectores mineros como el de la cantera y el mármol.

La extracción de ópalo es “como un volado”, pues resulta prácticamente impredecible cuándo se encontrará alguna gema, asegura Héctor Montes, concesionario de la mina El Redentor, en la comunidad de La Trinidad.

Él comenzó desde niño en la actividad, que le apasiona porque le permite -junto con su familia- estar en contacto con la naturaleza, y aprender de las maravillas que se encuentran bajo la tierra.

“La adrenalina en cada martillazo que das, es ahí donde esperas encontrar uno (...) y cuando al fin tienes la piedra en tus manos, te das cuenta que no hay dos iguales, y eso te hace quedarte con el interés de ver cómo está quedando en el proceso de tallado, eso te hace echarle un extra”, enfatiza Montes.

Tiene la concesión de la mina desde los años ochenta, y a lo largo de este tiempo ha generado ingresos para los pobladores de la zona, quienes combinan la minería con otras actividades, como la agricultura y la construcción.

Cuando aparece una veta, muchas personas incluso dejan sus actividades para ir a trabajar en la extracción. Esto, porque su ingreso puede pasar de dos mil pesos promedio en sus labores cotidianas, a diez mil o 20 mil pesos al encontrar alguna pieza, aunque no hay un tiempo preciso para ello.

PIEDRA SAGRADA

La Secretaría de Desarrollo Sustentable trabaja en un programa para apoyar y aumentar la extracción de ópalo, de la mano con acciones que generen un mayor valor agregado a la producción. Esto, junto con el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), con un monto de recursos por cinco millones de pesos para este año.

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“El ópalo tiene poca demanda en el mercado nacional porque no se le ha dado la difusión, el valor agregado que merece esa gema en el país”, advierte Marco Antonio del Prete Tercero, titular de la Sedesu.

Sin embargo, a nivel internacional el ópalo es muy preciado, en Japón, Alemania, en países de Oriente Medio y en Australia. “En algunos de esos países le dan también un carácter místico, como una piedra sagrada, así que tiene un valor adicional”, comenta.

El funcionario estatal reconoce que la actividad informal en el sector en México dificulta la exportación, así como tener información y datos estadísticos que permitan un análisis más preciso y acción para mejorar su desarrollo.

Ante esto, la dependencia estatal ha estado trabajando con los municipios donde se encuentra la mayor concentración de esta piedra, de tal forma que se logre incidir en los productores para mejorar las capacidades de producción.

“Actualmente en el estado se da la extracción, ahora a través del Inadem presentamos un proyecto que lo que busca es darle un valor agregado a la producción, (y) no solo de ópalo, sino también de cantera y mármol, que son piedras que se extraen en el estado y que al darles un valor agregado puede incrementar su valor”, asegura.

El objetivo, es generar políticas públicas que se complementen con los esfuerzos de los mineros, y se incremente el impacto que pueda representar la exportación y la comercialización del ópalo.

“Luego de realizar un análisis (de la actividad productiva en general), logramos conseguir un recurso para fomentar industrias que no estuvieran tan desarrolladas en el estado; así que se exploraron varias y la que resultó con más potencial fue la industria minera, y aquí hay muchas variantes, y lo que busca este proyecto es inyectar competitividad a ésta”, refirió Del Prete.

POTENCIAL PRODUCTIVO
De acuerdo con el Estudio de la Cadena Productiva del Ópalo, realizado por la Dirección General de Desarrollo Minero de la Secretaría de Economía en 2015, México posee un “enorme potencial productivo” en dicho ámbito por la extensión que abarca. Sin embargo, lo errático de la ocurrencia de los yacimientos de ópalo impide establecer una estimación de reservas de este mineral en el país.

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Hoy en día, indican las autoridades de Economía, la actividad extractiva del ópalo en el país es muy reducida, y buena parte de los yacimientos se explotan semi-artesanalmente y sin un sistema de minado tecnificado.

La explotación manual trae consigo un alto costo de producción y una baja considerable en los niveles de productividad y aprovechamiento del mineral, refieren.

En el país se produce el ópalo negro de fuego, una variedad exclusiva mexicana, considerada una de las más apreciadas y valoradas del mundo; además existe disponibilidad de territorio sin explotar en las zonas opalíferas de la República y a diferencia de otras piedras consideradas preciosas, el ópalo registra combinaciones de colores únicas, lo cual representa una ventaja competitiva.

Del Prete menciona que como parte de los trabajos para detonar la industria, las autoridades de la Sedesu también se han reunido con los mineros del estado, con quienes se han determinado necesidades en términos de licenciamiento, así como mejora de equipo y canales de distribución.

Héctor Montes comenta que la colaboración con las autoridades de la Sedesu es algo nuevo, toda vez que siempre han tenido que trabajar solos, por su cuenta, así que el programa bien puede dar buenos resultados ante las necesidades de maquinaria y equipo, apoyos financieros y de seguridad que tienen.

“Hay veces que te mueves a partir de tus propios recursos, así que con esos apoyos se podría trabajar, siempre y cuando se den los recursos realmente y la gente también responda, se una en estos objetivos en común”, considera.

Bajo este panorama, para el minero de La Trinidad el ópalo no tiene límites. La extracción de esta gema ha dado grandes bonanzas, que han permitido apoyar la economía de hasta cien familias. "Algunos comprando, vendiendo, pepenando, pero todos tienen un beneficio”, destaca.

UNA GEMA ÚNICA

Entre los ópalos más conocidos se encuentran el ópalo de Fuego, el Negro, el de Lluvia, el Arco Iris, y el Pavo Real.

Una buena gema se detecta fácilmente debido a la mayor intensidad de sus colores, en su cristalización y su pureza, y a que presenta los siete colores básicos a la descomposición de la luz.

“Muchas veces, incluso, no tiene comparación con ninguna manifestación de la naturaleza en colores, son tan intensos éstos que es un gusto disfrutarlos, estar observándolos”, comenta el concesionario Héctor Montes.

El ópalo es un mineral inorgánico no metálico, es considerada una gema semipreciosa compuesta por sílice amorfa o sílice hidratada en estado de gel.

Montes menciona que los colores de los ópalos se generan por el contacto de las microesferas del sílice con las impurezas de minerales como el hierro, zinc, aluminio y manganeso que se encuentran en su ambiente; estos minerales hacen una amalgama en una proporción mayor o menor, y en ella se encuentran las tonalidades.

Una clasificación distintiva de los ópalos se relaciona con su tonalidad, que abarca un rango de 9 (negro) a uno (transparentes ligeros). En su clasificación, se conjugan diversos factores, entre los que sobresalen: brillantez, cambios de color (iridiscencia), intensidad de coloración y tonos, grados de transparencia, translucidez u opacidad, textura y consistencia.

A diferencia de otras piedras consideradas preciosas, como zafiros, rubíes o esmeraldas, cada ópalo registra combinaciones de colores únicas; a tal grado que es extraño observar dos piedras similares, y resulta prácticamente imposible encontrar dos que sean idénticas.

Fuente: elfinanciero.com.mx

Editorial

Publicado hace 8 años

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