SilverCrest Metals y su filial en México, Compañía Minera La Llamarada, desarrollan la exploración del proyecto El Picacho en Bacoachi y Mina Las Chispas, en Arizpe.
El objetivo de SilverCrest Metals y su filial en México, Compañía Minera La Llamarada es el cuidado, eficiencia, diseño de medidas y manejo óptimo de los recursos a largo plazo; no sólo con lo que trabajan directamente, sino el recurso que es de todos.
Como ejemplo: el agua es prioritaria a proteger, más por la condición de sequía extrema que presenta el estado de Sonora y porque en Arizpe y Bacoachi -directa o indirectamente- más del 90% de la población depende de una actividad económica asociada al campo.
Por ello es compromiso de La Llamarada, al interior de sus operaciones, hacer uso responsable del volumen de agua que se extrae de las fuentes concesionadas, y también hacer lo necesario para que en la comunidad y en la actividad agrícola su consumo sea cada vez más eficiente y óptimo.
Su proceso
En Mina Las Chispas el proceso está diseñado bajo un circuito cerrado, lo que conlleva a que no se emiten descargas de aguas de proceso al ambiente, es decir, es una mina con descarga cero.
Para el agua de servicios, el 100 % se canaliza hacia un sistema de PTAR que una vez tratada, se usa para el riego de caminos internos, evitando utilizar agua fresca para la mitigación de polvos en el ambiente por el tráfico vehicular.
En la exploración se ha implementado un sistema para recirculación y reutilización de agua, que ahorra casi el 30% de la que normalmente va para esta actividad.
Respecto a la comunidad de Arizpe, se implementaron acciones para asegurar el mejor uso del recurso con fines agrícolas; se reparó una galería de captación de agua para el riego de tierras agrícolas y está en proceso la reparación de canales de las unidades de riego.
Asegurar el recurso
Igualmente, se cuenta con un plan para el cambio de seis kilómetros de drenaje en Arizpe, con el objetivo de evitar contaminación de tierras en la comunidad por rebosamiento y colapso de tuberías.
Para mitigar la huella de carbono, en materia de energía, se construyó una línea eléctrica para dotar de electricidad a Las Chispas a través de la red de distribución federal, ya que al alimentarse de energía más limpia se evitan los generadores eléctricos de combustibles fósiles.
También es la primera mina en México en contar con equipos eléctricos para la operación de mina subterránea.
Gracias a que Mina Las Chispas y el Proyecto El Picacho han sido evaluados desde el punto técnico, económico y ambiental, la viabilidad en la operación recae en asegurar que no se compromete la biodiversidad regional, y que los usos alternativos del suelo sean más productivos a largo plazo en la región que el resto de las actividades que actualmente se llevan a cabo.
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