La concentración de metales pesados en agua y peces de los ríos de este municipio y Balsas, se encuentran dentro de las normas sanitarias para el consumo humano, concluyó el monitoreo ambiental hecho por quinto año consecutivo por investigadores de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), en los cuerpos de agua y, desde hace tres años en peces.
Los resultados fueron presentados en un informé por el coordinador general de Innovación y Transparencia Tecnológica de la Uagro, Antonio Cervantes Núñez en la localidad de Nuevo Balsas, al que acudieron habitantes e integrantes de la Minera Media Luna, subsidiaria de Torex Gold Resources, a petición de esta última y como parte del convenio entre las tres instituciones y cuya renovación es anual.
En el informe de resultados 2019-2020 para metales pesados incluyó mediciones de Cadmio, Mercurio, Plomo, Arsénico y Cianuro, éste último explicó el docente universitario, es el que preocupa a la comunidad, ya que es utilizado por la industria minera en el proceso de extracción de oro.
“Los monitoreos se realizaron en el área de influencia de Minera Media Luna, en el margen del afluente del río de Cocula y Nuevo Balsas y encontramos que una buena parte de los metales vienen de otra parte del estado y la aportación de la industria minera, específicamente de Media Luna no es significativa. Los niveles de esos minerales están abajo de los límites permisibles, no son dañinos en el caso del monitoreo del agua”, explicó Cervantes Núñez a Quadratín.
En el análisis de los peces, continuó, encontraron una variación marcada por las estaciones del año, por ejemplo en invierno y en primavera la acumulación de metales pesados en peces es prácticamente imperceptible a los análisis.
Pero en los meses de verano, añadió, las estaciones de mayor temperatura se registra un aumento en el registro sin rebasar el límite permisible para consumo humano establecido por las normas sanitarias.
“Los peces se pueden consumir con toda tranquilidad y no representan ningún peligro para la comunidad”, enfatizó.
Recordó que los primeros informes del monitoreo, generados a partir de la firma de un convenio de colaboración entre Media Luna y la Uagro, fueron presentados públicamente en 2018.
No obstante, aclaró, los parámetros estuvieron dentro de la norma sin representar riesgo para la población.
Añadió que en 2019 y el año pasado aumentó el número de muestras y los sitios de vigilancia, lo que permitió generar más datos al análisis.
“El objetivo es conocer lo que ocurre y se adopten medidas para remediar cualquier accidente como el derrame de metales en las escorrentías que confluyen a los ríos donde se desarrolla la actividad pesquera de la región”, concluyó.
Fuente: guerrero.quadratin.com.mx
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