En el eje de vinculación con la comunidad, la minera Capela de la empresa Peñoles generó más de 300 empleos directos para mujeres y más de mil ingresos indirectos en las casi seis empresas locales que se han creado en las comunidades aledañas a la mina; tanto las empresas locales son dirigidas por ellas, al igual que parte del manejo de maquinaria pesada.
Un ejemplo claro de esa actividad son Cinthia Torres Maldonado y Luz Yaneli Antúnez García, dos mujeres originarias de Teloloapan, quienes son operadoras y supervisoras del camión de bajo perfil que trabajan más de 10 horas en el subsuelo, perforando para extraer tierra del metal.
Cinthia Torres Maldonado es madre de un menor y a sus 25 años de edad es supervisora de los trabajos de perforación que realiza su compañera Luz Yaneli Antúnez.
Ambas tienen jornadas de trabajo de 10 horas, ingresan a la mina subterránea protegidas con su equipo táctico que les proporciona la empresa y laboran en temperaturas elevadas con ruido constante por la perforación que hacen las máquinas.
Tanto Cinthia y Yaneli coinciden en que la minera les cambió la vida, sus ingresos económicos y el rol de mujer trabajadora e independiente. Luz Yaneli llamó a todas las mujeres a que no se den por vencidas y “que se animen hacer las cosas que les de curiosidad” y se atrevan hacer esos trabajos considerados exclusivos para los hombres.
El centro de control y vigilancia de la mina también es operado por mujeres; dos jovencitas de 20 y 24 años de edad, una originaria de Teloloapan y la otra de Estado de México, son las encargadas de monitorear a los mineros que ingresan al interior de la mina y también dan instrucciones en la entrada y salida de los camiones.
En esta región de Teloloapan conocida como zona minera, existe un Consejo de Comisarios y este órgano determina las labores en las comunidades y sugiere algunos empleos para la minera, y en los últimos años han recomendado el ingreso de más mujeres a Capela.
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