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El panorama de la industria metalúrgica en México

El sector tendrá que enfrentar los retos de la desaceleración económica y las tensiones comerciales entre China y EU. El sector minero-metalúrgico mexicano enfrentó una serie de desafíos que opacaron

hace 5 años

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El sector tendrá que enfrentar los retos de la desaceleración económica y las tensiones comerciales entre China y EU.

El sector minero-metalúrgico mexicano enfrentó una serie de desafíos que opacaron su producción entre 2013 y 2016, para luego retomar una recuperación moderada, que no termina de consolidarse y que se ve amenazada en 2019.

Entre los principales retos que esta industria tendrá, están los aranceles al acero y al aluminio impuestos por el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, y una posible desaceleración económica en el mundo.

De junio de 2018 —cuando se aprobaron los aranceles de 25% y 10% al acero y al aluminio, respectivamente, — a octubre de ese mismo año, las exportaciones de los productos siderúrgicos mexicanos se desplomaron 30%, mientras que la producción cayó 8%, de acuerdo con Máximo Vedoya, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero).

Por su parte, EU mantiene un superávit en materia de fundición de acero y de productos manufacturados en este metal, hierro y aluminio.

El tema de los aranceles fue un estira y afloja en la negociación del Tratado de Libre Comercio entre México, EU y Canadá, actualmente conocido como T-MEC, ya que la administración pasada no consiguió que su principal socio comercial los eliminará.

No obstante, el nuevo gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, anunció que tiene una estrategia para convencer a sus socios comerciales de exentar a México de dichos impuestos. Así lo indicó Graciela Márquez Colín, secretaria de Economía, quien asegura que México “no es ninguna amenaza”, toda vez que EU decidió imponer aranceles bajo el amparo de la Ley 232, con el argumento de la seguridad nacional.

Horizonte complicado

Mientras la nueva administración consigue eliminar las tarifas al acero y al aluminio, “no se augura un año favorable para la industria, es difícil que Donald Trump conceda eliminar los aranceles”, dice Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey.

Tras poco más de siete meses de la entrada en vigor de los aranceles, la industria siderúrgica mexicana instó al gobierno a que si no se llega a un acuerdo, debe imponer medidas espejo a EU; esta es una posibilidad que la nueva administración tampoco ha descartado.

“Desafortunadamente, la industria siderúrgica mexicana del acero ha comenzado a disminuir su producción de manera considerable, lo cual se verá reflejado en la planta laboral”, advierte la Canacero.

En lo que se refiere al aluminio, que también enfrenta aranceles de 10%, México exporta al país vecino 350,000 toneladas, mientras que importa cerca de 800,000 toneladas, según datos de la Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (Canalum).

En 2017, México se posicionó como el productor número 14 de acero en el mundo y alcanzó una producción anual de 19.9 millones de toneladas de acero crudo. Sin embargo, en los últimos cinco años el valor de la producción minero-metalúrgica retrocedió, al pasar de 17,843 millones de dólares (mdd) en 2012 a 12,543 mdd en 2016, lo que equivale a una caída de 30%.

Altibajos

En 2017, luego de cuatro años consecutivos de descensos, el valor de la producción minero-metalúrgica aumentó 1.8%, al pasar de 12,543 mdd en 2016 a 12,772 mdd en 2017, según datos de la Cámara Minera de México (Camimex).

No obstante, al cierre del tercer trimestre de 2018, el sector presentó una caída de 4.9%, medido en pesos, comparado con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Pese al inconveniente que representan los aranceles para el sector, no todo es malo, pues México mantiene un déficit en ambos metales, al importar más acero y aluminio de EU de lo que exporta.

Además, la mayoría de lo que vende el país no son aceros especiales, es decir, el acero laminado que está gravado con impuestos por el gobierno estadounidense, sino material para la construcción, como alambrón y varilla, entre otros, por lo que ahí no tiene problemas arancelarios y, en ese aspecto, la industria mexicana sigue teniendo una importante área de oportunidad en la industria.

“En lo que se refiere al mercado externo, el sector no tendría problema, a no ser por esas cuotas compensatorias de impuestos, particularmente al acero y al aluminio por parte de EU”, menciona Raymundo Tenorio Aguilar, analista económico del Tecnológico de Monterrey.

Sin embargo, Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco, no es tan optimista, puesto que considera que este no será un buen año para el sector metalúrgico.

“Hay mucho miedo de que la economía estadounidense también se desacelere, si esto sucede, la demanda sería menor. Aunado a esto, el proteccionismo y los aranceles no hacen que se avizore un buen escenario”, dice.

De acuerdo con Coface, aseguradora de origen francés, el sector metalúrgico gozó de tendencias al alza en precios, así como una demanda creciente desde mediados de 2016. Pero el proteccionismo creciente en EU y Europa, junto con medidas de represalia por parte de China, han impactado la confianza en los negocios y en las inversiones en la industria metalúrgica.

“El sector ha estado asociado a la volatilidad de los precios internacionales y las amenazas políticas, este año, además, enfrentará una posible desaceleración de la economía china y estadounidense”, advierte CIBanco.

El sector metalúrgico está fuertemente influenciado por las injerencias políticas y las perturbaciones geopolíticas que afecta a las economías en el mundo.

Las recientes medidas implementadas por EU han generado un ligero impacto en las inversiones, pero la confianza en los negocios será impactada negativamente en este contexto de riesgo proteccionista durante este año.

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Inversiones débiles

De acuerdo con la Camimex, en los últimos 12 años, las empresas minero-metalúrgicas han invertido en el país 51,106 mdd en diversos proyectos.

Según datos de este organismo, en 2017 la inversión fue de 4,302 mdd, 15% más que en 2016, pero muy por debajo de lo observado en 2012 (8,043 mdd).

Para 2019 se prevén más inversiones, aunque a un ritmo más moderado, en medio de la incertidumbre de una desaceleración económica.

Para este año, por ejemplo, el país ha sido elegido como el destino de seis contratos para proyectos minero-metalúrgicos por un valor de 32 mdd, coronándose como el principal destino en América Latina.

Entre los proyectos está SilverCrest, que invertirá en plata y oro en la mina Las Chispas, en Hermosillo.

Otro proyecto más es Candelaria Mining, que financiará los trabajos en el proyecto aurífero Pinos, y Mexican Gold para exploraciones en Las Minas, Veracruz.

Mercado interno ¿área de oportunidad?

El sector metalúrgico también se ha visto afectado por la caída en la industria de la construcción del país.

Actualmente, la edificación no residencial en México se encuentra en niveles históricamente bajos, además de que la inversión pública hiló seis años a la baja.

En este sentido, los planes de la nueva administración de Andrés Manuel López Obrador para invertir en infraestructura podrían ser un pequeño salvavidas para que el sector atenúe su caída.

Raymundo Tenorio enfatizó que de no ser por el acero laminado que se vende para la industria automotriz del país, el sector estaría en una situación peor.

“Las exportaciones para construcción y el acero laminado para la industria automotriz de México, han sido las únicas oportunidades del sector para no hundirse como los demás metales”, asegura Tenorio.

Pero, con las políticas y planes de inversión del nuevo gobierno, el cual destinará recursos para obras como el Tren Maya, la modernización del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, de Toluca y de Santa Lucía, el sector podría tener cierto impulso y revertir o aminorar la tendencia negativa que se ha presentado durante los últimos años.

“La necesidad de insumos metalúrgicos para las obras que planea desarrollar el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, podría impulsar ligeramente el desempeño de la industria, aunque con ello no podrá salir de la crisis que viene arrastrando en años anteriores”, dice Héctor Magaña del Tecnológico de Monterrey.

Sin embargo, el primer año de una nueva administración normalmente es más lento, al que se suman riesgos y preocupaciones adicionales que tienen que ver con el aspecto político, por lo que las oportunidades podrían ser pocas, considera el analista de CIBanco.

Morena cimbra a las mineras

A finales de 2018, las mineras que operan en México se vieron afectadas por el triunfo de Morena, que generó días de fuertes pérdidas en las acciones de Peñoles y Grupo México, dos de las empresas más grandes del sector. El grupo parlamentario de Morena presentó ante el Senado un proyecto de decreto para reformar disposiciones de la Ley Minera en materia de impacto social.

La iniciativa contempla que la Secretaría de Economía pueda declarar zonas inviables de explotación o incluso cancelarlas. Establece que las concesiones respondan a los principios de sostenibilidad y respeto de los derechos humanos, así como rendir un informe anual del impacto social de su lote minero y, en caso de no hacerlo, cancelar la concesión.

La propuesta del partido mayoritario en el Congreso mexicano no es una regulación que se aleje del estándar internacional, ni de la tendencia observada en las prácticas mineras en la última década, señala un reporte de Intercam Casa de Bolsa. El informe añade que dicha iniciativa no ocasionará cancelación de concesiones, sino un incremento en tiempo y dinero para cumplir con los requerimientos.

"Sin embargo, sí creemos que estas iniciativas pueden atrasar la aprobación y arranque de nuevos proyectos", advirtió el grupo financiero.

Por su parte, la agencia calificadora Moody’s indicó que muchas de las empresas que operan en el país ya cumplen con dichos lineamientos, por lo que tampoco representa una amenaza que ahuyente las inversiones en México.

Fuente: Milenio

Editorial

Publicado hace 5 años

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