Por Moisés Gómez Reyna
Cerrando el año, debemos hacer una breve reflexión de los temas que rifaran en la discusión nacional en los primeros meses del próximo 2022. En principio, como parte de las definiciones nacionales del PRI y ahora, con las recién anunciadas mesas de diálogo de la Secretaría de Gobernación con el Partido Acción Nacional, se perfila la Reforma Energética como uno de los asuntos que serán impulsados con más fuerza por parte del gobierno federal.
A este respecto debemos señalar que la posición que ha guardado mayor fortaleza es la de rechazar de manera directa la reforma eléctrica presentada por el presidente de la República. Muchos segmentos, no solo de ambientalistas, sino de inversionistas, segmentos de la sociedad civil y organizaciones políticas ha señalado la necesidad de una refoma que tenga como soporte la generación de electricidad barata y con fuentes de energía limpias, para las familias y los negocios en México.
En ningún sentido se ha aceptado que una propuesta que apueste por energías contaminantes y caras, pueda transitar. Se ha colocado como punto importante defender el medio ambiente, como un elemento que proteja y defienda la salud de todos, que contribuya con el combate del cambio climático y cumpla con los compromisos establecidos en los acuerdos y tratados internacionales sobre el uso de energías fósiles.
Recurrentes han sido las manifestaciones de diversos representantes del gobierno federal, en el sentido de promover una Reforma Política que impulse cambios a la regulación electoral. Esta se plantea no solo en términos de la reducción en número, de la presencia de la representación proporcional, los llamados senadores y diputados plurinominales, sino en términos de “modificar” la intervención del INE en la organización de las elecciones.
Para muchos analistas la democracia ha estado bajo un asedio permanente por parte del Poder Ejecutivo. Son recurrentes, de acuerdo a su visión, los ataques y descalificaciones al Instituto Nacional Electoral, tratando de mermar su autonomía y credibilidad. Abiertamente, de acuerdo a los registros, se ha declarado el desprecio por la presencia de organizaciones de sociedad civil en la definición o participación en diversos aspectos políticos o económicos del país. Es por ello que los diversos segmentos promotores de mayor participación ciudadana, ha señalado la importancia de que cualquier reforma política electoral que se construya, debe garantizar y respetar la autonomía del órgano electoral, así como alentar una mayor participación de la ciudadanía y de los grupos organizados de la sociedad civil.
Un tercer aspecto importante que deberá ser atendido con urgencia al inicio del siguiente año será la forma en la que nuestro país debe enfrentar la crisis histórica de inseguridad pública.
Los diversos indicadores del gobierno federal, organismos independientes y organizaciones de la sociedad civil registran el peor índice de violencia por homicidios dolosos de las últimas décadas: Acumula más de cien mil muertes. Asimismo, vivimos una etapa crítica de violencia hacia las mujeres: En promedio, diariamente son asesinadas 10 mujeres, víctimas de homicidios dolosos y de feminicidios.
Es por ello que cualquier reforma encaminada a resolver el problema de la inseguridad pública en México, deberá considerar, cuando menos, el fortalecimiento de las policías locales, dar marcha atrás al proceso de militarización del país y la consolidación de una Guardia Nacional como un ente civil, capacitado y certificado.
Sin duda, uno de las asignaturas pendientes es la atención a salud de las y los mexicanos. Las reformas aprobadas por el partido Morena y sus aliados legislativos, dejan ala impresión de un alto nivel de desmantelamiento del Sector Salud, dejando a millones de personas sin acceso a servicios de salud, sin atención médica, con desabasto de medicamentos e insumos, con carencia de tratamientos contra el cáncer infantil y sin vacunas suficientes del esquema básico para niñas y niños, todo ello sumado a una cuestionada gestión relacionada con la peor pandemia en un siglo, que ha dejado más de medio millón de muertos.
Muchos expertos han señalado la necesidad de que el gobierno cumpla su obligación de garantizar y de brindar servicios de salud con calidad y oportunidad a las personas en estas horas cruciales.
Finalmente, un asunto que permanecerá como un punto de atención sensible es lo referido a los reflejos de incertidumbre que vive la economía mexicana. Es un reflexión permanente asegurar que en esa materia se vive la peor momento de las últimas décadas, producto de la influencia del contexto internacional, combinado por la inexistencia de medidas contracíclicas que reduzcan el impacto negativo y aceleren la recuperación, así como por un cuestionado manejo de la pandemia por covid-19.
A diferencia del resto del mundo, en México no se dieron apoyos a empresas ni a los trabajadores, los resultados están a la vista: Cierre de más de un millón de empresas, millones de desempleados y subempleados, más de 50 millones de mexicanos que no les alcanzan sus ingresos para comer lo indispensable y cuatro millones de personas cayendo en pobreza.
Por ello, es relevante incorporar medidas que ayuden a atender estos críticos elementos que hoy afectan el acontecer nacional, traducido en reformas y acciones que realmente contribuyan a la reactivación económica y la generación de más y mejores empleos para todos, así como a la entrega de ayudas emergentes a negocios y trabajadores.
El país vive momentos críticos y debemos, desde todas la trincheras, contribuir a la construcción de soluciones que nos ayuden a resolver estos grandes dilemas y encaminar a México por el camino de la prosperidad, la paz y la tranquilidad.
En tanto, deseo a todos los lectores paz, felicidad y armonía en estas navidades y los mejores deseos para el próximo 2022.
@gomezreyna
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