No se trata de objetos fantásticos ni de fenómenos paranormales. En un pequeño pueblo de Rumania llamado Costesti, es posible observar un tipo extraordinario de rocas que crecen, se mueven y hasta parecen respirar. Su nombre es Trovants y la ciencia geológica se ha encargado de explicar cuál es el motivo de estos extraños comportamientos.
La manera de entender esta manifestación tan singular de la naturaleza empieza por conocer la composición que tienen estas rocas: poseen un núcleo de piedra extremadamente duro, rodeado por una concreción de arena que se fue sedimentando allí a lo largo de los siglos.
De acuerdo a los señalado por diversos minerólogos que estudiaron las Trovants, las primeras sedimentaciones que comenzaron a formar estas rocas ocurrieron hace seis millones de años. Las piedras, en efecto, crecen, pero lo van haciendo de una manera extremadamente lenta. Pueden aumentar su tamaño apenas unos cuatro o cinco centímetros en un milenio.
Por este proceso, algunos ejemplares alcanzan alturas de unos 10 metros. Por lo general tienen formas esféricas, cilíndricas o nodulares. Sus superficies suelen lisas y sin bordes.
Estas fascinantes "piedras vivas" parecen modificar de manera leve sus formas e incrementar su tamaño luego de fuertes lluvias. Según se estudió, su crecimiento ocurre tras una reacción química entre las capas de depósitos internos de arenisca y los carbonatos minerales, en especial carbonato de calcio, que llegan a través del agua que trae la lluvia; así lo informa el medio especializado en geología geologyn.com.
El choque de los minerales de la lluvia con los productos químicos que posee la roca en sí ejerce una presión interna en las Trovants, lo que produce su aumento de volumen.
Un dato interesante, además, es el hecho de que estas rocas, cuando se cortan transversalmente, presentan anillos esféricos similares a los que tienen los troncos de los árboles, aunque todavía no existe una explicación clara de por qué presentan esas características en su interior.
Los minerólogos concluyeron que no había diferencias entre la arena circundante en el lugar y la arena sedimentada que forma parte de las piedras. Según diversos estudios, hubo allí una cuenca de sedimentación hace unos seis millones de años y las arenas se compactaron a partir de diversos choques sísmicos, dando lugar a la formación de las Trovants.
Otra de las características distintivas de estas rocas es que parece que "se mueven". Sin embargo, su desplazamiento, según se pudo comprobar a partir de las huellas que dejaron en su camino a través de los siglos, se debe a que a veces el crecimiento en su superficie se realiza de manera despareja, y la piedra se corre de lugar por la fuerza gravitatoria.
Estas rocas "vivas" se encuentran en la región rumana de Valcea, en el sur del país. El pueblo que las acoge, Costesti, tiene incluso un Museo de Trovants que se encuentra protegido por la Unesco.
Fuente: La Nación
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