La presencia femenina en la industria minero-metalúrgica de México ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos dos sexenios, alcanzando un 17.9% del total de empleos en el sector. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), actualmente 74,529 mujeres forman parte de esta industria, lo que representa un incremento del 84% desde 2012.
Este avance cobra mayor relevancia debido a las condiciones desafiantes de la minería, una actividad que históricamente ha estado dominada por hombres y que opera en regiones de difícil acceso. Sin embargo, la transformación del sector ha abierto nuevas oportunidades para las mujeres en áreas operativas, administrativas y de liderazgo.
El impulso desde la AIMMGM
Para Rubén del Pozo Mendoza, presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM), la inclusión de mujeres en la minería no solo responde a una necesidad de equidad, sino que también se traduce en beneficios empresariales. “Las compañías con mayor equidad de género suelen ser más productivas y competitivas”, afirmó.
En este contexto, la AIMMGM ha fortalecido la participación femenina dentro de su estructura organizativa. Actualmente, Mariel Márquez Gutiérrez ocupa el cargo de coordinadora regional del Consejo Directivo Nacional, mientras que Alba Elena Pérez Rodríguez y Lourdes González lideran los distritos Pachuca y Baja California Sur, respectivamente. Además, el Comité de Damas, encabezado por María Reyes Palomo, impulsa iniciativas comunitarias con el apoyo de nueve integrantes.
Retos y oportunidades para la equidad en minería
A pesar del crecimiento de la participación femenina en el sector, persisten desafíos como la necesidad de mayor capacitación, mejores condiciones laborales y la promoción de mujeres en puestos estratégicos. La AIMMGM, junto con otras organizaciones, se ha comprometido a desarrollar acciones concretas para continuar avanzando en este tema.
El crecimiento del 84% en la inclusión de mujeres en minería es un reflejo de un cambio estructural que redefine el panorama del sector. Más allá de las cifras, esta transformación representa una nueva era para la industria minera en México, donde el talento femenino tiene un papel cada vez más relevante.
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