No puede evitarse: la crisis global ocasionada por el brote de Covid-19, conocido popularmente como coronavirus, provocará una desaceleración en la economía de México y el mundo. Sin embargo, el tamaño del golpe depende, en gran medida, de nosotros.
Como en cualquier otra industria, dentro del sector minero-siderúrgico existen ciertos indicadores que nos dan una idea sobre lo que sucederá en los próximos meses. Por ejemplo, en Estados Unidos algunas empresas han reducido el trabajo de ingeniería y solicitudes de préstamos. Se pronostica que a medida que el gobierno estadounidense centre su atención en el luchar contra el Covid-19, los proyectos especiales quedarán en espera.
No obstante, aunque las nuevas iniciativas estén en pausa, el sector económico no puede hacer lo mismo. La industria minero-siderúrgica de México tendrá un rol determinante durante la emergencia de salud pública; debido a que es fundamental para la fabricación de equipo e implementos médicos; por no hablar de otras industrias esenciales que también consumen minerales en su operación, como el sector alimenticio, energético, transporte, infraestructura y construcción.
El mundo demanda materias primas; y, además, para la recuperación de la normalidad económica del país, sabemos que tendremos una tarea fundamental.
Oscar Maldonado, director general de Autlán.
Magnitud del daño por coronavirus
Lamentablemente, no se pueden calcular con exactitud los efectos económicos en los sectores industriales, porque es una situación aún en desarrollo y no sabemos que duración tendrá, cómo afectará a nuestros socios en otras áreas comerciales; o bien, cómo cambiará la demanda de productos en el futuro.
Lo único que en Autlán sabemos con certeza, es que la minería, junto con la industria siderúrgica, son parte esencial de la cadena de valor. Por ello, debemos garantizar la continuidad del negocio y fortalecer las fases del mismo; desde producción hasta la distribución de la materia prima para otros sectores económicos.
Asimismo, al fortalecer esta cadena, lo hacemos siguiendo las medidas preventivas que las autoridades han aconsejado en materia de salud e higiene; de esa forma nos comprometemos con el bienestar de nuestros trabajadores.
Durante estos tiempos difíciles, en los que se presentan desafíos que tal vez como sociedad moderna no podíamos imaginar, requerimos adaptabilidad, tanto de nuestros colaboradores como de consumidores.
Y finalmente, ajustar nuestras estrategias y replantearnos la manera en la que hacemos las cosas, es la mejor opción que tenemos para seguir desempeñando el papel que hemos mantenido durante la historia moderna del país.
Fuente: Mundo Ejecutivo
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