No es solamente Donald Trump quien está devolviendo la grandeza al sector minero. Aunque, sin duda, ha echado una mano.
La victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos tras prometer un gasto importante en infraestructura impulsó los precios del cobre un 11% la semana pasada, su mejor desempeño en más de cinco años. Las acciones de las mineras alcanzaron el nivel más alto en casi dos años.
Los avances, que continúan esta semana, suponen un cambio de dirección importante respecto a principios de 2016. Los precios de las materias primas se hundieron a cerca de un mínimo de siete años en enero, y algunas de las mineras más importantes luchaban por su supervivencia bajo el peso de la deuda.
"Tras un mercado bajista de cuatro o cinco años, nos han golpeado tantas veces que no creemos en el optimismo", dijo Jeremy Wrathall, jefe de recursos naturales mundiales de Investec Plc. "Eso está cambiando, sin duda está cambiando".
Pero donde unos ven unas burbujas, otros ven espuma abundante.
El avance del cobre, impulsado por la especulación de inversores en China, "parece prematuro" y sufrirá una corrección para finales de año, escribieron analistas de Citigroup Inc., entre ellos David Wilson, en un comentario. La euforia después del triunfo de Trump es "inexplicable" y seguramente vaya a desvanecerse, según Commerzbank AG.
La ventaja del cobre entre los metales industriales se debe, en parte, a que es el metal más negociado y el que puede comprarse y venderse con más facilidad así como a su papel de indicador de las especulaciones sobre un mayor crecimiento económico.
Trump ha prometido construir carreteras, puentes y aeropuertos, pero Estados Unidos es un consumidor de metales relativamente pequeño. Un incremento del 10% de la demanda estadounidense de cobre equivaldría solamente a un incremento del 1.5% del consumo en China, el principal consumidor de materias primas del mundo, según estimaciones de UBS Group AG.
Sin embargo, ante las señales de recuperación de la economía china de la debilidad económica del año pasado que hundió los precios de las materias primas, las compañías mineras ven a Trump como la guinda en un pastel cada vez más grande.
Renacimiento de Chimerica
"Pronto podríamos ver a China y a Estados Unidos participando en programas de construcción de infraestructura nacionales al mismo tiempo", dijo Tom Price, analista de materias primas de Morgan Stanley en Londres. "Competirán por las mismas materias primas: materiales para la fabricación de acero, zinc y cobre. Nunca hemos visto esto antes".
Las autoridades chinas han conseguido frenar la debilidad del crecimiento al gastar en edificios, maquinarias y otros activos fijos en los últimos meses. El aumento de la producción industrial se ha estabilizado por encima del 6 por ciento respecto al año anterior, según informes del lunes.
A esto se le suma que las mineras han sorprendido a los inversores en renta variable con su capacidad para mejorar su situación financiera con la venta de activos y el recorte de dividendos y deuda. Las cuatro principales mineras diversificadas del mundo han reducido su endeudamiento en el último año en un total de 6,900 millones, o un 8.5%, según Investec.
"Incluso los más testarudos están diciendo 'no vimos venir esto, pero hay buenas razones por las que está ocurriendo'", dijo Wrathall.
Fuente: economiahoy.mx
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