La minería mexicana navega por un escenario dual: desafíos ambientales y un firme compromiso con la sostenibilidad. Aunque el 62% de su matriz energética proviene de combustibles fósiles, el sector ha invertido 5,881 millones de pesos en iniciativas ambientales en 2022, según el Informe de Sostenibilidad 2023 de la Cámara Minera.
La transición hacia fuentes limpias es una prioridad, y empresas como Minera Capela en Guerrero están liderando con tecnologías innovadoras que reducen el impacto ambiental en la extracción de minerales.
Industrias Peñoles, contribuyendo con el 2.46% al PIB nacional en 2022, aspira a un consumo eléctrico 100% limpio para 2028, desafiando las limitaciones actuales. El sector minero se posiciona como protagonista en la transición hacia una energía más limpia, aunque la dependencia de combustibles fósiles aún persiste.
Adaptación a las Reformas Hídricas: Desafíos y Oportunidades
Las recientes reformas a la Ley Minera, restringiendo las concesiones de agua, plantean desafíos adicionales. El 68% del agua utilizada proviene de recirculación, y la industria busca reducir aún más su impacto con la meta de cero descargas.
Con 100 plantas de tratamiento en 16 estados, el sector está comprometido con la gestión responsable del agua. Las nuevas restricciones, aunque desafiantes, impulsan a la industria minera hacia prácticas más sostenibles y conscientes.
México se adentra en un futuro minero sostenible, enfrentando retos ambientales y adaptándose a cambios legales para forjar un camino más equitativo y respetuoso con el entorno.
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