La minería debe incluirse claramente como un sector esencial en la contingencia sanitaria por el Covid-19, porque no se le contempla como tal. Por tanto, debe mantenerse su operación, porque el cierre de minas paralizaría a la economía del país, al cancelarse el suministro de sus insumos para toda la industria.
Contundente, así lo señaló Ismael Leija Escalante, secretario general del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Conexos, quien advirtió que, de suspenderse operaciones en las minas, se afectaría gravemente la producción de equipo e implementos médicos, que requieren metales y minerales para su fabricación.
Al opinar sobre el anuncio dado a conocer ayer en Palacio Nacional, mencionó que las autoridades deben medir las consecuencias de que se paralice a las minas, porque se afectarían gravemente a 2.6 millones de empleos directos e indirectos, a las inversiones en esa industria y al erario federal, puesto que ese sector paga un promedio de 47 mil millones de pesos anuales en impuestos y derechos.
Consideró que la minería puede determinarse como sector esencial, si se le incluye en el párrafo de la declaratoria de contingencia dentro de las actividades “cuya suspensión puede tener efectos irreversibles para su continuación”, pero este punto debe ser aclarado porque se puede prestar a especulaciones.
Expuso que la suspensión de operaciones de las minas del país cancelaría el suministro de materias primas a todas las industrias en general, con efectos negativos especialmente para los rubros automotriz, construcción, acero, bienes de capital, metalmecánico, petrolero, eléctrico y telecomunicaciones, cuya afectación tendría un efecto dominó sobre la economía.
No se han medido bien las consecuencias de paralizar a las minas, porque podría afectarse el suministro de agua y electricidad, al no contarse con equipos de remplazo en estos rubros fundamentales para la población, si se llega a carecer de metales y minerales, alertó.
Sostuvo que la carencia de cobre en el país, por ejemplo, sería de fatales consecuencias para el sector eléctrico, que no tendría como reemplazar líneas de conducción y los apagones en diversas zonas del país será inevitable.
El dirigente del sindicato que agrupa a 14 mil obreros planteó que los metales y minerales son fundamentales para la producción de equipo en la industria petrolera, que también vería mermada su capacidad de remplazo de maquinaria.
La falta de suministro de minerales y metales sería negativo para la economía del país, porque se afectaría la producción de computadoras, celulares, autos y transportes de carga, refrigeradores, materiales de construcción, y toda clase de artículos de uso industrial y doméstico.
Enfatizó que el cierre de minas representaría un golpe a la fabricación de implementos médicos, en el cual se utilizan metales y minerales, como respiradores (vitales para enfermos de Covid-19), equipo quirúrgico, rieles de cama, pasamanos, perillas de puerta, placas de empuje, postes para infusiones endovenosas, equipos de ejercicio y de rehabilitación.
Leija Escalante recordó que se usan tubos de cobre para el suministro de gases medicinales en hospitales, con la finalidad de reducir el riesgo de infecciones. Incluso hasta en la fabricación de batas médicas y sábanas para pacientes se utiliza un baño de plata por sus cualidades antimicrobianas.
También se usa Niobio en la fabricación de marca pasos, pues tratado con Tantalio, es muy utilizado en aplicaciones que requieren alta resistencia a la corrosión y el acero es uno de los metales más empleados en el equipo médico.
Destacó que un caso dramático es el de Sonora, principal estado minero del país, que representa 30 por ciento de la producción nacional, ya que las autoridades locales ya procedieron al cierre directo de minas y las empresas que no lo cumplan serán objeto de sanciones económicas y hasta penales.
Expuso que el sector minero está acostumbrado al uso de protocolos estrictos de seguridad, por lo cual sigue adecuadamente todos los controles respecto a la emergencia del Coronavirus dictados por las autoridades, como la sana de distancia, el constante lavado de manos de sus trabajadores y el uso de gel sanitizante, al igual que la prohibición para realizar reuniones numerosas.
La ubicación de las minas en sitios remotos es una fortaleza del sector, porque de esta manera se impide el contacto de los trabajadores con las poblaciones adyacentes y se reducen significativamente las posibilidades de contagio.
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