COLUMNA
La sostenibilidad cada día cobra más importancia en las operaciones empresariales, y con ello la necesidad de medir el impacto de las estrategias de responsabilidad social de las compañías.
En la actualidad existen muchos formatos y estándares para la realización de reportes de sostenibilidad, los más comunes son Global Reporting Initiative (GRI), El Modelo Accountability 1000 (AA 1000), ISO 26000 e Indicadores Ethos.
Sea cual sea la vía que el equipo de RRPP o Responsabilidad Social decida para realizar su reporte, debe tener en cuenta que este documento es voluntario y se somete al conocimiento público para incidir en la reputación de la compañía.
El reporte además ayudaría a la empresa a autoevaluarse para tomar decisiones de cara al futuro. Lo que no se mide, no se puede mejorar.
Muchas empresas, para no decir la mayoría, presentar sus reportes de sostenibilidad por separado de sus reportes financieros y de gestión. Esto puede ser una buena idea de cara a un contacto con la prensa, que estaría particularmente interesada en temas sostenibles, pero no está demás incluir el informe de sostenibilidad junto con el resto de actividades de gestión, para mostrar que la Responsabilidad Social Empresarial es parte integral de la empresa.
El informe además puede mostrar reducción de costos al cumplir con regulaciones ambientales o laborales.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda2030 de la ONU son un gran marco para ir develando las iniciativas, sus objetivos, su impacto, el sector beneficiado y su contribución con los objetivos globales.
Al declarar el impacto de la estrategia de sostenibilidad, se incrementa la lealtad de los consumidores, sin contar que motiva a los empleados para cumplimiento de las metas.
El reporte de sostenibilidad es imprescindible si se busca un impacto con respecto a los grupos de interés.
Especialmente, los inversionistas es un grupo que se interesa mucho en las acciones ESG que tenga la empresa; es decir, medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo.
Por ello, realizar reportes e impactar entre inversores es una oportunidad para acceder a nuevos fondos de inversión. Si bien es cierto que hay muchas maneras de hacer estos informes, en todos están presentes temas de inclusión, estrategia, indicadores de desempeño y perfil de los grupos beneficiados o locaciones naturales.
Para el desarrollo de una estrategia sostenible se deben aplicar las siguientes etapas.
1. Plantear qué se quiere lograr.
2. Homogenizar conceptos de ética y grupos de interés.
3. Fijar objetivos concretos a partir de áreas de oportunidad. En este caso se pueden revisar los ODS y posibilidades de alianzas.
4. Identificar límites.
5. Ejecución de la iniciativa.
GRI: el método más popular
La metodología preestablecida por el Global Reporting Initiative es, por lejos, la alternativa más popular y más utilizada al momento de realizar reportes de sostenibilidad.
Con el formato del GRI le resulta más fácil a los auditores ubicar la información reportada y compararla con otras empresa. Es necesario que las compañías interesadas busquen asesoría en este sentido para aterrizar sus indicadores de desempeño.
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