Cinco diminutos robots diseñados y fabricados en México despegarán hacia la Luna a finales de este año, como parte de una misión científica pionera que prevé que los robots de dos ruedas recorran la superficie lunar mientras realizan sofisticadas mediciones.
Los llamados nanorobots, desarrollados por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), trabajarán juntos como un enjambre de abejas, dijo el científico principal a Reuters, una vez que hagan el viaje de casi 386.000 km (240.000 millas) desde la Tierra a bordo de un cohete de la empresa estadounidense Astrobotic Technology.
La misión está preparada para ser lanzada en un cohete Vulcan de United Launch Alliance y sería la primera nave espacial estadounidense en aterrizar en la Luna en casi 50 años.
“Se trata de una pequeña misión en la que probaremos el concepto, y después emprenderemos otras misiones, primero a la Luna y luego a asteroides”, dijo Gustavo Medina Tanco, científico de la UNAM que dirige el proyecto Colmena.
Medina Tanco explicó que los robots, fabricados con acero inoxidable, aleaciones de titanio y aluminio de grado espacial, están equipados para recoger minerales lunares que podrían ser útiles en la futura minería espacial.
En una reciente visita al laboratorio de instrumentos espaciales de la UNAM, los miembros del equipo de Colmena probaron un dispositivo de lanzamiento para los robots en forma de disco de casi 5 pulgadas de diámetro (12 cm), que están diseñados para comunicarse entre sí y con un centro de mando en la Tierra.
El lanzamiento de los robots está previsto para junio en el módulo de aterrizaje Peregrine de Astrobotic, desarrollado originalmente para el premio Lunar-X de Google.
Durante su misión de un mes de duración, los nanorobots realizarán por primera vez mediciones de la temperatura del plasma lunar, electromagnéticas y del tamaño de las partículas del regolito, según un artículo de la UNAM sobre el proyecto publicado a principios de este mes.
Medina Tanco expresó su orgullo por la próxima misión, que también incluyó la contribución de unos 200 estudiantes de ingeniería, física, matemáticas y química.
“Nadie ha hecho esto, nadie, no sólo en México”, dijo.
“Podemos hacer una diferencia en la tecnología y para la cooperación internacional que luego puede llevar a importantes empresas conjuntas para estudiar los minerales o emprender otras exploraciones científicas”.
Fuente: Reuters
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